domingo, 28 de agosto de 2016

La triste noche que fui a ver a Les Luthiers

La del 27 de agosto del año 2016 quedará en mis registros como la noche en que asistí a la función de Les Luthiers más lamentable de las cuatro que he podido ver en persona.


No lo digo por lo que sucedió en el escenario, que cuando se trata del grupo argentino se da casi por descontado que será un éxito. Ni siquiera lo digo por la nunca suficientemente lamentada ausencia del irreemplazable Daniel Rabinovich, cuyas caracterizaciones principales realiza muy dignamente Martín O’Connor.

Lo digo por lo que sucedió a mi alrededor, que hizo muy difícil disfrutar un espectáculo esperado por mucho tiempo. Lo digo porque a pesar de haber sido escrito como un texto de humor, Actualidad Panamericana parece tener razón en eso de que “los colombianos carecen del gen que les permite pensar en los demás”; porque nos acostumbramos a exigir una tolerancia mal entendida, en lugar de demostrar respeto por nuestros semejantes.

lunes, 22 de agosto de 2016

Cuando el fútbol era un juego bonito…

Cuando yo era niño, mi papá me contaba que en sus tiempos, si el árbitro de un partido de fútbol se equivocaba, el equipo beneficiado por el error le devolvía el balón al contrario. 

No me refiero a las devoluciones actuales luego de un pique a tierra, cuando el juez detiene el encuentro para que se atienda un jugador lesionado en el campo o debido a alguna otra interrupción inusual. Hablo de un saque de banda, de una mano o de una falta pitada por error o a favor del equipo equivocado. 

Nunca le pregunté qué pasaba si pitaban erradamente un penalty, pero parece que eso no era lo común en la época, porque entonces –entiendo de las historias que me contaba mi papá– los futbolistas se dedicaban a jugar fútbol, no a impresionar al árbitro para que se equivocara a su favor. 

miércoles, 15 de junio de 2016

¡Tiembla, Facebook, tiembla! (o el mensaje inútil)

Publicado originalmente en Enter.co

No sé qué cambio en su política de privacidad anunció Facebook por estos días, que otra vez está circulando por los muros de mis contactos el famoso letrerito inútil en el que le prohíben a la red social hacer lo que quiera con la información que los usuarios publicamos en ella.

La primera vez que lo vi –hace ya algunos años– me causó curiosidad; luego me dio risa. Luego, rabia. Ahora me da una mezcla de risa y rabia que la gente pierda su tiempo (así solo sea el que se tarda en copiar y pegar el mensaje) con estas declaraciones que a los abogados de Facebook les deben causar más risa que a mí.

Supongo que el asunto nace del hecho de que casi nadie lee las condiciones de uso de la red, que son bastante claras: “Al usar los servicios de Facebook o al acceder a ellos, muestras tu conformidad con esta declaración (la de derechos y responsabilidades que se publica en el sitio), que se actualiza periódicamente según se estipula en la sección 13 más adelante”.

domingo, 15 de mayo de 2016

Remate de feria (del libro)

Publicado originalmente en Enter.co

Durante unos 30 minutos me dediqué a ver videos de Germán Garmendia, el youtuber chileno de cuya existencia –debo confesarlo– no tuve idea sino hasta que por culpa suya se agotaron las entradas para la Feria del Libro de Bogotá el 23 de abril.

Su participación en el evento causó tanto revuelo que me puse a ver sus videos para entender por mí mismo la pelea entre fanáticos y detractores que se formó en las redes sociales.

Y lo que encontré fue un personaje que tuvo la inteligencia de convertir en libretos exitosos lo que todo el mundo dice todos los días; lo que hizo Andrés López con su Pelota de Letras, aunque con un formato un poco más complejo en términos de edición, que ya pasados los 40 encuentro un poco desesperante. Pasados los 40 años, porque desesperante me pareció desde el primer video.

martes, 15 de marzo de 2016

Me no entiende

Publicado originalmente en Enter.co

Mi cruzada por el buen uso del idioma terminó cuando algunas personas me preguntaron por qué se escribe “vamos a ver” y no “vamos haber”, porque una cosa es que suenen igual, pero otra es que la gente no entienda qué significa una expresión. Entonces me quedó claro que mis esfuerzos por enderezar lo que queda del español en el que se comunica la mayoría de mis contactos son tan inútiles como ya lo son también las tildes, los puntos, las comas… entender el significado de las palabras.

Y aunque el español que se usa en los medios de comunicación y algunos canales institucionales, comerciales o empresariales no ayuda mucho a renovar mis esperanzas, hay situaciones extremas que no puedo entender, aceptar ni digerir. Una de ellas es el uso de herramientas de traducción de calidad paupérrima.

Para la muestra debe haber millones de botones, pero creo que este basta: “5.8 Doodle es hacia fuera, aquí están las notas: – Cepillo de aire nuevo y disfrutar las herramientas pincel forma/3D, agregó. – Dibujar herramientas pueden solicitarse nuevamente por mucho tiempo tocando el icono de las herramientas en la vista de herramientas de dibujo – Fijar relleno herramienta borde purga apagando borde liso por defecto – Todas las herramientas de dibujo tienen un zoom / escuchar que puede activarse golpeando y tenencia. Herramienta tijeras tiene ahora una opción recorte (una vez que traza su camino, solo toque)”. 

lunes, 14 de marzo de 2016

¡Viva la músic…!

Publicado originalmente en Enter.co

Durante los últimos meses he estado dedicado a recuperar un aspecto de mi vida que se había disuelto un poco entre las responsabilidades laborales y la falta de juicio: la música. Por eso me encanta la relativa facilidad con que, gracias a Internet, todo se puede encontrar hoy mucho más fácil que hace algunos años.

Partituras, pistas, letras, obras completas, fragmentos… hace no más de dos o tres lustros, encontrar una partitura implicaba una visita al conservatorio, a la biblioteca de alguna universidad o a los almacenes de música; hoy están 'al alcance de la red', casi siempre en archivos descargables y por un precio cómodo. 

Pistas, casi las que uno quiera. He encontrado la mayoría de ellas en iTunes, por un valor medio de 0,99 dólares. Me gusta la ópera, así que no deja de ser curioso que en el mundo virtual las pistas no se encuentren como backgrounds, sino agregando la palabra “karaoke” a la pieza que uno busca: La donna è mobile karaoke… 

viernes, 11 de marzo de 2016

Manzanas con peras y pizzas con Smartphones…

Publicado originalmente en Enter.co

Hace algunos meses leí un artículo en Internet según el cual con lo que se compraba un iPhone se podían comprar como 400 porciones de pizza o más… y eso fue antes de la llegada del 6s, y de que el aumento en el precio del dólar también disparara el de estos dispositivos y el de los equivalentes de otras marcas. Ahora se deben poder comprar 800 porciones de pizza… o más.

Los portales en los que se publicaba la información establecían el mismo parangón con otros tipos de bienes, enseres y servicios, cuya comparación con un Smartphone no era menos descabellada. Porque, seamos francos, no creo que a muchas personas les asalte esa duda a la hora de comprar un teléfono inteligente: ¿Qué compro, qué compro? ¿Este celular o 400 porciones de pizza?

Uno compara el precio de un iPhone con el de un Galaxy, un Lumia o los modelos equivalentes de Motorola, Huawei o LG, entre otras marcas. Pero de entrada, ya me da un poco de rebote pensar en comerme una tajada de pizza cada día durante más de un año, aparte de saltarme el principio básico de no comparar peras con manzanas.

jueves, 10 de marzo de 2016

‘Son tus clics los que te definen’

Publicado originalmente en Enter.co

“No es lo que seas en tu interior; son tus actos los que te definen”. Si la frase no la hubiera dicho Rachel Dawes en ‘Batman begins’, sino el Papa Francisco, el Dalai Lama, Walter Riso o incluso Pablo Coelho, seguramente sería más valorada. Hasta las madres la usarían para aleccionar a sus hijos.

Y si a su contenido nos atenemos, está claro que las acciones de los medios de comunicación digitales o de las versiones digitales de los medios tradicionales contradicen lo que el oficio debería ser en su interior.

Los grandes gurús de las comunicaciones en Colombia y en el mundo sostienen que lo más importante no es el tráfico –la cantidad de usuarios únicos, páginas vistas o el parámetro de moda para atraer la inversión publicitaria–, sino la calidad de la información que se les entrega a las audiencias.

miércoles, 9 de marzo de 2016

¿Popularidad mata talento?

Publicado originalmente en Enter.co

Soy poco amigo de los concursos que eligen su ganador por la cantidad de votos que se reciben en un sitio web, de mensajes de texto que se recogen o de ‘me gusta’ que se obtienen en redes sociales, porque no están diseñados para que gane el más talentoso, sino el más popular.

En otras palabras, no están hechos para que gane quien tenga mejor desarrollada la habilidad, destreza o conocimiento que dicen premiar, sino quien tenga más amigos o conocidos dispuestos a votar por él o por ella las veces que sea posible.

Por supuesto, puede darse el caso de que el más popular también sea el más talentoso; no puedo decir que el que gana necesariamente sea malo, pero los criterios de evaluación puramente cuantitativos (cantidad de mensajes, llamadas, votos o me gusta) son solo una parte de la ecuación.

miércoles, 11 de febrero de 2015

Leyendo espero

Publicado originalmente en Enter.co

Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, comenzó el año 2015 con el propósito de leer al menos un libro cada dos semanas. Eso es cerca de 13 veces el promedio de lectura al año en Colombia. La iniciativa está complementada con un 'club de lectura en la red social, que antes de llegar a su primera semana sobrepasaba los 130.000 'Me gusta'.

Uno podría robarse las palabras del popular tango 'Fumando espero' y decir que leer es un placer genial, sensual. Y más saludable que fumar, por supuesto, salvo que el material sea un libro con las páginas envenenadas; páginas que serían prácticamente imposibles de envenenar en un libro digital.

Y es que, más allá de todos los placeres inmateriales que genera, es difícil desvincular la sensualidad de la lectura del formato impreso, incluso para los menos románticos, entre quienes me incluyo en cuanto al consumo literario se refiere.