domingo, 15 de diciembre de 2013

Fel-iNavidad

Publicado originalmente en Enter.co

EI 25 de diciembre solía ser uno de los días más concurridos en las calles de mi barrio cuando yo era pequeño... Balones, bicicleta, patines, raquetas, tenis... cada niño tenía algo que salir a mostrar, algo que era mejor estrenar fuera de las cuatro paredes del apartamento, bien fuera para evitar un daño, para presumir o para compartir con los amigos.

Recuerdo que entre los mejores regalos de Navidad que recibí durante mi infancia y preadolescencia estuvieron una bicicleta de 'cross' y mi primer equipo completo para jugar fútbol, que incluía balón, guayos, pantaloneta, camiseta... El Atari soñado nunca llego, y ahora creo que quizás para bien.

El 25 de diciembre del 2012 fue totalmente diferente... A las 8 de la mañana me asomé por la ventana de la casa de mis papas para mirar a la calle y la encontré desierta... igual sucedió a las 9, a las 10, a las 11... Y supongo que la causa no fue la difícil situación económica del país... Seguramente, lo que sucedió fue que todos los niños estaban jugando con sus regalos nuevos dentro de la casa...

Supongo que el 2013 no será muy diferente, sobre todo con el advenimiento de la PlayStation 4, de la Xbox One, de las tabletas de 100.000 pesos y de otra gran cantidad de dispositivos que se pueden estrenar en interiores.

En mis tiempos, cuando uno jugaba 'cancha a cancha' o 'mete  gol tapa', lo popular era pedirse Brasil antes que los demás y creerse Zico o Falcao (el brasileño del 82, no el colombiano del 2013) cada vez que uno tocaba el balón... Ahora el jugador se escoge en una pantalla y la habilidad para evadir al contrario no está en las piernas, sino en los dedos de las manos.

¿Criticable? Tal vez no, si todas estas maravillas tecnológicas fueran un elemento más de la vida diaria junto con salir a trotar, a jugar fútbol o a montar en bicicleta. Tal vez lo triste es que para muchas personas estas actividades ya desaparecieron de sus vidas, para dejar paso a la única esclavitud del computador y de la consola de juegos.

Nos dirigimos hada una generación de humanos tipo'Wall-E', pero nos engañamos pensando que la película es un retrato ficticio del futuro. Y aunque conozco mucha gente que disfruta de sus sesiones de trote diarias, me preocupan los niños que conocen la luz del sol a través de una foto en su computador, a pesar de que tienen una ventana en su habitación.

A mi Wii-Fit le saqué todo el jugo que pude... que no fue mucho, porque no tenía espacio en mi casa para los juegos que implicaban alguna actividad física. Luego pensé que trotar parado en el mismo sitio no parecía la actividad más emocionante teniendo el Parque Simón Bolívar a pocas cuadras de mi casa...

Entonces la vendí, y aunque tampoco soy un visitante cotidiano de la pista de trote del parque, cuando miro mi ya no tan imperceptible abdomen y pienso en hacer ejercido, me imagino una calle, un parque, árboles y sol, no una consola de juegos.

Al paso que vamos, sucederá como en aquel mensaje que circula hace tiempo por el correo electrónico y las redes sociales, en el que para castigar a su hijo, una madre lo obliga a salir a jugar fuera de su casa. Bueno, hablo de los padres que todavía castigan a sus hijos sin pensar que van a traumatizarlos, pero esa es otra historia...